Si usted fuese un atleta deseoso de imponer un nuevo récord olímpico, por ejemplo, en el lanzamiento de la bala, el disco, el salto largo o la jabalina, y tuviese que escoger entre Beijing y Santiago como sede de las próximas olimpíadas, ¿cuál de estas ciudades escogería? Mientras su mente busca afanosamente una respuesta, le cuento que yo no dudaría en escoger Santiago.                        
                                        

 

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